Entes Azules

Clasificación: Espectro no humano 
Tipo: Agresivo 
Grado de peligrosidad: Alto para infantes

Al mencionar seres azules, cualquier persona mayor a 40 años piensa inmediatamente en… Pitufos.

No, no estamos hablando de Pitufos en este artículo, pero los encontrará usted en alguna otra parte de nuestra página.

La entidad a la que nos referimos es conocida como entidad o ente azul debido a que según se cuenta, normalmente se manifiesta emitiendo algún tipo de fulgor o resplandor de color azul claro que transmite una sensación de calma. Esto puede llevar a pensar en una manifestación angélica o de algún ser bondadoso, incluso en una advocación beatífica.

Durante la manifestación, la entidad suele moverse pausadamente y con ademanes suaves, lo que produce también un efecto de calma y seguridad.

Quienes aseguran haber visto estas manifestaciones, añaden que existe una cierta comunicación, si bien no son discursos, si perciben una voz suave que pronuncia el nombre del testigo, una voz dulce que llama con calma y con suavidad.

En algunas ocasiones se menciona que la entidad aparece con forma femenina, de cabello largo o un velo largo, vestido suelto similar a una túnica o un camisón. Esto hace que, sumado al fulgor azul, algunos testigos en un principio le hayan confundido con una aparición mariana o de alguna santa. En otras ocasiones aparece con la imagen de un varón de edad avanzada, cabello cano, facciones amables y sonrisa abierta.

A diferencia de los seres tipo sombra que alteran el ambiente negativamente, la aparición azul se manifiesta provocando la sensación de tranquilidad y calidez, lo que lleva al testigo a permanecer inmóvil observando o a moverse siguiendo las instrucciones de aquel ser. Se trata del efecto bombilla-polilla, en el que la persona no ve el entorno sino sólo la luz.

La entidad en sí misma no es el problema, sino el sitio que escoge para la manifestación; según se cuenta, estos seres escogen lugares peligrosos en los que los testigos pueden sufrir accidentes mortales como pozos, barrancas, puentes y balcones que no cuentan con rejas y lugares en los que físicamente la persona pueda morir. Ahí radica el grado de peligrosidad de estas manifestaciones, son cazadoras, atraen a la víctima hacia su muerte con la distracción de sus encantos.

De acuerdo con los testimonios y relatos, esta entidad no humana, busca causar muerte, es un demonio de muerte, un ser que se alimenta del dolor causado y del daño. Pero particularmente peligrosa para niños, ya que los adultos por su propia defensa mental y un mayor desarrollo racional, llegan a percibir lo anormal de la situación y buscan ponerse a salvo. Sin embargo, en niños pequeños, el riesgo es terrible porque pueden llegar a interpretar la aparición como algo positivo y benéfico, cayendo así, literalmente, en una trampa de muerte.

Por otro lado, y derivado de los testimonios existentes, se puede entender que no es una entidad persecutoria, una vez que alguien ha pasado de largo, la entidad no persigue a la víctima, sino que permanece en un mismo lugar, no se adhiere a las personas. Pero eso no necesariamente es bueno ya que este tipo de entidades pueden llegar a arraigarse en un lugar y ser vistas durante generaciones y causar víctimas en cada una de ellas.

Se cree que eliminando el lugar peligroso puede desaparecer la entidad, pero no es así, puede permanecer ahí a la espera durante el tiempo que haga falta hasta que algo cambie y pueda quedar libre. Desde el punto de vista demonológico, el tiempo de estos seres no se mide linealmente sino en actos o sucesos, lo que les permite permanecer latentes. De igual forma se dice que son inmunes a las oraciones comunes y que solamente un exorcismo mayor puede expulsarles de un lugar. Las entidades azules pueden también afectar animales cuando no pueden afectar a seres humanos, causando la muerte de éstos, especialmente de sus crías.

CASO: Señora azul en el pozo

Año 1948

Zona ganadera Zumpango en el Estado de México, México.

Una familia habita en el casco de un rancho ganadero, son la esposa y los cinco hijos del administrador, le acompaña también la nana y la hija de ésta. Han llegado al rancho a principios de marzo procedentes del norte de México.

El casco del rancho es una casona vieja con un patio central amplio y con comunicación hacia la parte de atrás, en la que se encuentran las caballerizas y la zona de recría, donde paren las vacas y se mantiene a las crías a resguardo. Están ahí las bodegas de avíos y el pozo del casco. La parte alta de la casa está en desuso, los techos se han deteriorado con el paso de los años y sólo se ocupa la parte baja en la que están las recámaras, la cocina, el comedor y la oficina del rancho.
Con frecuencia la esposa del administrador se encarga de atender la oficina mientras los niños y la hija de la nana juegan en el patio. Es un sitio seguro fuera del paso de ganado y de los caballos. El patio está rodeado por la casa misma y la entrada principal se cierra con una alta reja de acero, la comunicación con las caballerizas y la zona de recría está también cerrada por una reja.

Durante las tardes, especialmente cuando no se asiste a la escuela, el patio es un lugar muy ruidoso, hay risas, gritos y juegos. Los chicos van desde los tres años la más pequeña, los nueve años la mayorcita y unos 11 años la hija de la nana, quien con frecuencia asume el papel de hermana mayor. Aquel día cercano a la Navidad, como de costumbre, el barullo y los juegos no detenían su marcha, una pelota llegada a casa recientemente era el objeto novedoso, el juguete preciado que se usaba todo el tiempo, hasta que de pronto la pelota salió volando hacia las caballerizas, y con ello el temor de que tan preciado objeto se perdiera o fuera dañado por los animales. Aun cuando las caballerizas estaban prohibidas como zona de juego, los chicos asumieron que ir allá por la pelota no sería una falta grave y aprovechando que la chica de 11 años había ido a la cocina a un mandado, se envió al que consideraban el más valiente: el varoncito, un chiquillo de unos siete años regordete y simpático que sin pensarlo dos veces cuando vio abierta la reja cruzó para ir por el amado juguete.

La tarea se antojaba sencilla, cruzar la reja, correr hacía el fondo de la zona de recría y traer la pelota, pero al llegar allá, la pelota no se veía a simple vista por ningún lado. Esto fue llevando al chico por aquí y por allá caminando entre las puertas hasta salir al patio trasero, dónde finalmente encontró la pelota un poco más allá del pozo. Apresurado siguió avanzando a tomarla, pero su marcha fue detenida por una voz dulce que le interrumpió la marcha. Ahí, en el brocal del pozo estaba la señora, una muy linda señora de una voz muy dulce que le llamaba por su nombre:

Ente Azul.

—¿Qué haces por aquí?

—Buscando mi pelota señora.

—Es una linda pelota, muéstramela.

Siendo un niño pequeño y sin malicia, comenzó a caminar para mostrar el juguete a la señora, sonriente y halagado de aquella mujer que le hablaba y la cual según describiría, tenía un brillo azul “muy lindo” y sonreía al tiempo que con la mano hacía la señal de que se acercara más; insistente, pero al mismo tiempo dulce.

El místico encuentro fue interrumpido cuando la nana apareció corriendo por la puerta de la recría llamando al niño, al verlo, no pudo sino sentir que se le doblaban las piernas al verlo paradito en el brocal del pozo a punto de caer dentro, con la mirada perdida como mirando al vacío y la pelota de colores en la mano.

Para fortuna del chiquillo, la nana no era la única que había visto algo raro, uno de los arrieros había percibido aquel extraño brillo cerca del pozo y sin pensarlo, había corrido en esa dirección encontrando al niño justo a tiempo para cargarlo y sacarlo de ahí corriendo mientras maldecía en voz alta y arrojaba un cuchillo al piso junto a la puerta.

Una vez dentro, la nana explicó lo visto a la madre, pero el niño aseguraba que la señora no era mala, porque era de color azul y le hablaba con mucha dulzura.

Pero el miedo no terminaría ahí, ya que algunos días después, varios de los arrieros y las mujeres que hacían los quesos, vinieron a ver a la esposa del administrador, se sentían obligados a contarle que anteriormente, al menos en dos ocasiones, chiquillos de la edad del suyo habían encontrado la muerte en ese pozo, cayendo inexplicablemente en el interior y ahogándose. Más de uno aseguró que ahí habitaba un demonio. También durante los días siguientes, varios becerritos murieron poco después de nacer, aun siendo crías saludables de hembras fuertes, las crías morían. Y, finalmente, cuando una de las perras guardianas parió cachorros, todos murieron pocos días después de haber parido. Se entendió que el demonio estaba enojado por no haber podido llevarse al niño.

El pozo se tapó con tierra y rocas, se colocó una gruesa capa de concreto sobre él y se trajo al cura del pueblo a bendecir y celebrar una misa, al chiquillo se le dio la comunión lo antes posible y se le colocó un escapulario de San Benito, protector. Porque aún después de tapar el pozo, aquel chiquillo insistía en que escuchaba a la señora llamándolo y en más de una ocasión, lo encontraron caminando dormido, tratando de salir de la casa.

Terminaron dejando el empleo y volviendo al norte del país. A finales de los años 90, el rancho fue demolido y en su lugar se construyeron edificios de departamentos y viviendas de interés social. Según se cuenta, en el lugar donde alguna vez estuvo el rancho, han habido extraños decesos de niños en accidentes poco explicables.

Fantasma de compañía en el hospital

Mi nombre es Luis Ángel, hace algunos años, justamente durante la visita del Papa Benedicto XVI a México, previo a Semana Santa, lo recuerdo bien, nos encontrábamos en la clínica del IMSS de La Loma, en la ciudad de Tlaxcala. Teníamos a mi abuelo internado debido a una fibrosis pulmonar por tantos años trabajando como obrero textil en Santa Ana, Chiautempan, Cuna del Sarape. Cuando mi abuelo entró al hospital le asignaron un área compartida, con otras personas con diferentes enfermedades. Sin embargo, como su situación le causaba mucha tos, los doctores llegaron a sospechar que podría tratarse de Influenza H1N1, hace apenas unos años México había padecido una “pandemia”, palabra que hoy en día se nos hace muy común, pero en ese entonces era desconocida. Por lo tanto, nos asignaron una habitación individual para la atención de mi abuelo y por los cuidados que se tendrían hacia él, nos permitieron el acceso a dos familiares.

En una ocasión, acompañando a mi madre en su guardia nocturna, en horas de la madrugada, nos encontrábamos sentados en una silla individual, de esas que todo el tiempo uno se está resbalando. Estábamos a poco más de un metro de distancia, muy al pendiente de que la oxigenación no bajara a un nivel crítico y que tuviéramos que llamar a algún médico. Estando sentados, con el cuarto oscuro, iluminados únicamente por los aparatos médicos de monitor, sentimos claramente como si unos dedos nos estuvieran dando un masaje. Claramente sentimos unos dedos en las pantorrillas. Fue cosa de unos cinco segundos. En cuanto reaccionamos ambos volteamos a mirarnos desconcertados. Le pregunté: ¿qué pasó? Mi madre respondió: ¿sentiste? Los dos nos quedamos callados y preferimos concentrarnos en lo que teníamos que vigilar.

Al amanecer, un tío nos hizo el cambio y nos fuimos a casa de mis abuelos en donde la demás familia nos esperaba para compartirles cómo se encontraba mi abuelo. Durante el desayuno, llegó uno de mis tíos a quien le tocaría estar esa noche. Nos saludó y durante la plática comentó: “dicen que en ese hospital los médicos tienen miedo de dormirse solos porque por la noche cuando se duermen sienten que alguien les da masajes en los pies”.

Nosotros nos quedamos en silencio con tal de que nadie se desanimara a ir.

Ya después se lo comentamos a todos.

Seres de oscuridad

Por Mari

“¡Audhu Billahi mina-Shaitan-ir-Rajeem!”

Quiero confesarles que siempre fui la “rara” de la familia. De muy pequeña solía oír de noche extraños ruidos en la cocina, como si alguien estuviera trajinando allí, puertas que se cerraban, cajones que se abrían y cerraban, ruidos de ollas, etc. La primera vez que lo comenté me dijeron que quizás lo había soñado, y que dejara de fastidiar. Nunca más volví a mencionar nada, pero los ruidos continuaron aun cuando yo sabía que todos dormían; además por el rabillo del ojo veía como si alguien hubiera pasado cerca (cosa que todavía me ocurre).  Aprendí a sobrellevarlo.

El tiempo fue pasando, crecí y contraje matrimonio. A los dos años de habernos casado, por razones laborales de mi esposo, viajamos a Venezuela, más precisamente a Puerto La Cruz, acompañados de nuestra hija de solo seis meses de edad. Una vez instalados en nuestro nuevo hogar todo era maravilloso, por primera vez estábamos los tres solos, lejos de la influencia familiar, éramos realmente muy felices. Mi esposo se iba al trabajo a las 7:30 de la mañana y regresaba alrededor de las ocho de la noche, a veces yo solía ir a esperarlo, junto con la niña a la costanera y allí nos quedábamos viendo el atardecer en el mar, hasta que mi esposo se reunía con nosotros. Todo era idílico.

Hasta que llegó el desastre; el cuarto de la niña en la casa tenía una pequeña ventana que daba hacia la cocina, al llegar la noche la alimentaba y luego la preparaba para dormir, luego yo tenía un tiempo hasta la llegada de mi esposo, pero ocurría que cuando yo comenzaba a preparar la cena, sin motivo alguno, la beba se ponía a llorar desconsoladamente.

Yo dejaba todo e iba apresuradamente a su cuarto, la mimaba un poco y volvía a dormirse. Eso fue pasando durante varios días seguidos. Una noche, en que no tenía que preparar nada, dado que mi esposo llevaría la cena, me senté en la mesa, mirando hacia la ventana. Y para mi terror, veo una sombra que pasa por delante hacia la camita de mi hija, yo estaba petrificada, inmediatamente la niña soltó el llanto, corrí a su cuarto y no había nadie, excepto mi hija. Al rato llega mi esposo, yo estaba con la niña en brazos, y llorando le conté lo que había pasado, él me miró escéptico y no dijo nada.

Al día siguiente, él no trabajaba, así que pasamos el día juntos en la casa sin mencionar el incidente de la noche anterior. Hicimos nuestras oraciones (profesamos la fe musulmana), y por la noche, luego de acostar a la niña, nos quedamos conversando de cosas superficiales. De repente veo que mi esposo se queda callado y su rostro se cubre de sudor adquiriendo una tonalidad pálida en extremo, yo sabía lo que había ocurrido, así que solo le dije ¿por qué no me creíste?

Fue inmediatamente a buscar a la beba y supe instintivamente que debía hacer algo, aunque no sabía qué. Al otro día, por la noche acuesto a la niña y extiendo la alfombra de rezo y comienzo a decir mis oraciones de la noche. Mientras las hacía, sentía que me observaban así que al terminar me di vuelta, y a pesar de que no veía nada, igual sentía una presencia, y con un valor que ignoraba que poseía le dije con voz fuerte y firme: “Si eres una criatura que obedece y adora a Dios eres bienvenida, pero si no eres eso, te conmino a que te retires en este instante, en el Nombre del Altísimo te prohíbo que te acerques a esta niña, pues ella pertenece a Dios y te expulso para siempre de este lugar, si no me obedeces clamaré al cielo para que Ángeles y Potestades te devuelvan al sitio al cual perteneces”.

A partir de ese día todo fue tranquilidad y al poco tiempo decidimos regresar a Chile.

El otro hecho que me marcó, y que aún me da vueltas en la cabeza es algo que me ocurrió hace poco más de un año, fue a fines del 2020, en plena pandemia, estábamos la familia en cuarentena dado que los contagios eran excesivos y todo el mundo nos manejábamos a través de internet. Por ese entonces nos habíamos radicado en el sur de Chile en una zona rural.  Una noche calurosa estábamos ya todos durmiendo, cerca de las tres de la mañana, siento entonces que caigo al piso.

Asustada y sin saber qué pasaba, abro los ojos y siento que estoy siendo arrastrada, yo iba boca abajo y levanto la cabeza y veo que en la pared hay como una gran fisura y de allí unos seres grises, de brazos largos, piel helada, sin pelo en la cabeza y grandes ojos negros tratan de meterme en esa fisura junto con ellos. El pánico me ganó y comencé a luchar, estiro el brazo izquierdo con el afán de tratar de agarrar de alguna manera a mi esposo, me aferro a su pierna, o lo que yo pensaba que era su pierna y al sentirla totalmente helada, levanto la cabeza y lo veo, arropado y durmiendo, en el otro extremo de la cama; miro otra vez y veo que la pierna a la cual yo me aferraba era la mía, yo yacía acostada boca arriba y con los brazos a los lados, junto al torso, y pensé: ¡estoy muerta! Comencé a luchar con más energía y entonces grité: “Audhu Billahi mina-Shaitan-ir-Rajeem”(busco refugio en Allah, de Satanás el maldito).

Entonces me soltaron, enojados, se retiran y la grieta se cierra.  Me incorporo adolorida y regreso a mi cuerpo, abro los ojos y no pude volver a dormir más, por la mañana se lo comento a mi esposo y solo me dijo que podría haber sido parálisis del sueño. Pero yo me podía mover, además vi mi cuerpo sin mi esencia, el cuarto tal cual lo tenemos. Me pregunto qué es lo que me pasó, reflexiono mucho sobre ello, pero no tengo respuestas.

El monstruo de Florencia

Bárbara Locci era conocida como “La abeja reina” porque tenía el gusto por relacionarse con varios hombres aún teniendo un esposo y un hijo. “Varios zánganos”, como diría su esposo.

La noche del 21 de agosto de 1968 fue encontrada muerta.  Tenía 32 años y junto a ella estaba uno de sus amantes, Antonio Lo Bianco, también muerto.

Bárbara y Antonio.

Había asistido al cine con su hijo pequeño, al terminar la película y de regreso a casa, el pequeño se durmió en el asiento trasero del auto, momento en que Bárbara y Antonio decidieron tener relaciones sexuales, estacionaron el auto cerca del cementerio y comenzaron el juego erótico. Antonio comenzó a desvestirse y ella también, pero no pudieron llegar muy lejos. Alguien se acercó y disparó a quemarropa con un arma calibre 22, ocho disparos quitaron la vida a ambos.

El hijo pequeño de Bárbara fue sustraído del auto y llevado a una granja cercana en donde el asesino lo dejó en la entrada, al abrir la puerta el granjero sorprendido preguntó:

—¿Qué haces aquí?

A lo que el niño respondió:

—Mi madre y mi tío están muertos, un hombre los mató y me trajo aquí.

Al día siguiente y tras ser interrogado por la policía, Steffano Mele, esposo de la víctima reconocería haber perpetrado el doble asesinato con la complicidad de Salvatore Vinci, quien habría traído el arma y además también era amante de Bárbara. Mele declaró que estaba harto de saber que su esposa se acostaba con cualquiera que le pasara enfrente y por ello la había matado. Posteriormente había arrojado el arma al río y había llevado al niño a la granja.

Steffano Mele, el esposo.

A pesar de que la policía nunca encontró el arma, la confesión fue tomada como válida y Steffano Mele fue condenado a 14 años de prisión por el doble homicidio al considerar que habría sufrido un episodio de locura generado por la actuación de la esposa. Por cierto, la policía pudo contactar al menos a una docena de amantes diferentes quienes sabían que Bárbara era casada, ninguno fue responsabilizado.

Sin embargo, muy pronto la policía caería en cuenta que algo no andaba bien con su condena y con el cierre de caso.

Sábado 14 de septiembre de 1974. Han transcurrido 6 años y Steffano Mele está en prisión. Súbitamente un llamado a la policía hace estremecer a más de uno de los oficiales. Dos jóvenes han sido encontrados muertos al interior de su automóvil al norte de Florencia, en Borgo San Lorenzo, ese asesinato los remite de inmediato al ocurrido en 1968. Se trata de Steffania Pettini y Pascuale Gentilcore,18 y 19 años respectivamente.

Pascuale y Steffania.

Pascuale estaba semidesnudo dentro del auto y con numerosos impactos de bala, afuera, cerca del maletero estaba Steffania totalmente desnuda. Él tenía cinco heridas de bala; ella, tres. El arma, una pistola calibre 22 con un tipo de bala poco conocida, la cual habría sido fabricada en Australia en los años 50´s, no era algo común y tampoco era muy poderoso ya que ambos jóvenes fueron rematados a puñaladas con un arma blanca de hoja larga y un solo filo. La pareja de jóvenes según determinó la autopsia, estaba teniendo relaciones sexuales al momento del asesinato.

La policía siguió varias pistas, pero ninguna condujo a nada y el arma no fue encontrada, se hicieron pericias para determinar si había sido la misma pistola que mató a Bárbara y a Antonio; pero por el tipo de munición que se fragmenta y el tipo de casquillo, no fue posible una identificación plena, pero resultaba conspicuo que fuera el mismo calibre y un tipo de arma poco común.

No hubo detenidos, no hubo condenas, pero quedaba la duda… ¿era realmente Steffano Mele culpable?

Sábado 6 de junio de 1981. La duda creció aún más cuando cuatro años después la policía vuelve encontrar una pareja muerta, esta vez, con una variante espantosa.  Un hombre joven es hallado muerto en el volante de su automóvil, estacionado a la orilla de un camino solitario, a unos metros de ahí, fuera del auto estaba la chica, la novia. Carmela de 21 y Giovanni de 31, ambos habían sido atacados a balazos y posteriormente habían sido rematados usando un arma punzocortante. Pero esta vez el asesino había ido más allá, mutilando la zona genital de la chica y abandonando el cuerpo desnudo a la orilla del camino con una mutilación grotesca, pero realizada con pericia.

Carmela y Giovanni.

Los peritajes forenses demostraban que la pareja había estado en un momento romántico, y que ambos habían recibido disparos a corta distancia, al menos siete disparos entre ambos.  Posteriormente habían sido atacados con un arma de hoja larga, de un solo filo. La pistola que disparó era de calibre 22 con cartuchos similares a los usados en los casos anteriores. Esta vez la policía pudo identificar que los disparos del caso de 1974 y los del caso de 1981, provenían de la misma arma.

Se acusó a Enzo Scalletti, un sujeto que solía espiar a las parejas, un voyerista cuyo auto había sido visto en la zona y que era un viejo conocido de la policía. Aseguró no haber tenido nada que ver, pero la policía lo consideró sospechoso y fue puesto bajo arresto a la espera de más pericias y de un juicio. No encontraron el arma.

Sábado 24 de octubre 1981. Han transcurrido cuatro meses de los asesinatos de Carmela y Giovanni, el sospechoso está en prisión asegurando ser inocente. Y la policía es notificada sobre otro crimen similar a los anteriores.

Susanna Cambi, de 24 años, y su novio, Stefano Baldi, de 26 son hallados muertos cerca del auto en el que viajaban. Cerca de un mirador que era conocido por ser lugar de encuentros románticos cerca de Calezano, al norte de Florencia. Stefano estaba tendido sobre el asiento del auto con varios disparos y heridas de un arma punzocortante; Susanna estaba afuera del auto, desnuda y con varias heridas.

Las investigaciones periciales arrojaban la misma huella, habían recibido al menos ocho impactos de bala calibre 22 y posteriormente habían sido heridos con un cuchillo de hoja larga y un solo filo, esta vez de nueva cuenta, la joven había sido mutilada en la zona genital. También arrojaron un dato escalofriante, era la misma arma que había quitado la vida a las dos parejas anteriores y se sospecha que también a la pareja en 1968. Como dato adicional, la evidencia física demostraba que la pareja había hecho el amor momentos antes de la muerte.

A pesar de que la prensa daba cuenta de estos crímenes haciendo la invitación a no permanecer en lugares solitarios e inclusive algunos hoteles de paso hicieron ofertas a jóvenes para que usaran las instalaciones y estuvieran seguros, el hecho es que el asesino volvió a atacar.

Sábado 19 de junio, 1982. Paolo Mainardi, de 22 años, y su novia, Antonella Migliorini, de 20 están haciendo el amor en un camino provincial durante la noche, súbitamente alguien sale de los arbustos y comienza a disparar contra la pareja hiriéndolos, Antonella muere en el mismo momento alcanzada por un disparo en la cabeza, Paolo logra encender el auto y arrancar, pero está herido y pierde el control cayendo en una zanja. El asesino llegó, disparó a los faros del auto y terminó de disparar contra la pareja. Posteriormente ingresó al habitáculo, apagó el motor y retiró las llaves.

Escena del crimen, Mainardi-Migliorini.

Quizá debido a la prisa o la ansiedad de ser descubierto, el cuerpo de Antonella no fue mutilado y, además, Paolo seguía con vida a pesar de los disparos recibidos.  Sin embargo, y por mala fortuna, no sería descubierto sino hasta la mañana siguiente en condición crítica y agonizando. Moriría unas horas después sin jamás haber recuperado la conciencia. La policía identificó el arma como la misma que había cometido los anteriores crímenes y, de hecho, en un vuelco del destino, al comparar un casquillo de 1968 se dieron cuenta que también se trataba de la misma arma, la misma munición y hasta la misma caja de 50 balas comprada en algún momento de la década de 1950.

¡El asesino siempre estuvo suelto! En cuanto a Steffano Mele, había sido liberado ya, pero la policía consideró que tenía un cómplice que había seguido asesinando, pero ¿quién era?

Sábado 10 de septiembre 1983. Una pareja de jóvenes alemanes es asesinada, Horst Meyer y Uwe Rusch Sens. Pero el patrón no coincide ya que eran dos varones, se pensó que serían homosexuales, pero la teoría es que el asesino se equivocó. Los jóvenes dormían en una vagoneta a la orilla del camino, estaban de vacaciones y el cansancio los orilló a descansar ahí. Uno de ellos tenía el cabello rubio largo. El arma utilizada era la misma, una Beretta calibre 22, exactamente la misma que en todos los casos anteriores. Este asesino había estado matando ya durante 15 años impunemente. En el caso de los chicos alemanes, no hubo rito de mutilación, se entiende que descubrió su error y se retiró de ahí. No obstante, todo coincidía.

La policía armada con nuevos equipos de investigación y gente joven y fresca, logra descubrir algunas pistas; como por ejemplo que todos los crímenes fueron cometidos en sábado cuando no había luz de luna, y como dato particular, que las víctimas habían estado previamente en un sitio de entretenimiento. El primer caso en un cine y todos los demás en discotecas, saliendo de las cuales habían sentido el ímpetu de hacer el amor… y encontraron la muerte.  El asesino los había seguido en todos los casos.

También se detectó que casi en todos los casos, el asesino había tomado alguna pertenencia del bolso de la mujer, pero no dinero, ni joyas, sino algún otro objeto, un fetiche o recuerdo. También se pensó que esto podría tener relación con algún culto, Florencia fue escenario de crímenes satánicos en algún tiempo, la mutilación genital a las mujeres podría tener algo que ver con esto.

Pero de nada servían las pistas y las conjeturas, el asesino volvería a atacar.

Sábado 28 de julio, 1984. Vicchio di Mugello, justo al norte de Florencia. Dos jóvenes son hallados asesinados. En ambos casos las autopsias demostrarían que había sido atacados a tiros, disparándoles a través de las ventanas. Pero adicionalmente, la chica había sido mutilada en la región genital y en un seno, pero especialmente sádico fue el hecho de que el cadáver fue apuñalado 103 veces. El ataque había sido mientras ambos jóvenes estaban en un trance romántico. El arma era conocida de todos, la Beretta calibre 22, pero llamaba la atención la variación de tipo de ataque. ¿Se estaría volviendo más violento, más macabro o qué estaría pensando ahora el asesino?

Automóvil de las víctimas investigado por la policía.

Pero lo que más preocupaba es que el asesino podía ser cualquiera, y si no se daba un golpe de suerte encontrándolo al azar del destino, la policía no tendría ninguna forma de localizarlo, no tenían ni la más mínima pista.

8 de enero de 1985. Jean-Michel Kraveichvili de 25 años, y Nadine Mauriot de 36 son encontrados muertos, estaban acampando en la zona de San Casciano, en las afueras de Florencia. Ella recibió cuatro disparos: tres en la cabeza y uno en el tórax, el novio recibió cuatro también, uno de ellos en la boca. Todos fueron realizados a una muy corta distancia, a no más de 30 centímetros.  Por la posición y las condiciones de los cuerpos se pudo deducir que estaban teniendo relaciones sexuales cuando fueron sorprendidos y atacados, ella murió instantáneamente, el novio pudo levantarse y salir corriendo, siendo alcanzado por el asesino al más puro estilo de película gore, fue apuñalado hasta la muerte.

Jean-Michel Kraveichvili y Nadine Mauriot.

Como un macabro gesto, el asesino envió al día siguiente un sobre, limpio, sin ninguna huella, en su interior estaba una pequeña bolsa de plástico con un trozo del seno de la chica asesinada. Una prueba de que el asesino les llevaba la delantera.

Sobre enviado por el asesino.

Las investigaciones a lo largo de los años habían llevado a interrogar a más de 100,000 personas en toda Italia, algo sin precedentes, pruebas periciales y repetidas pesquisas que condujeron finalmente a un sospechoso: Pietro Pacciani. Fue detenido y enviado a prisión, se le condenó a cadena perpetua en un juicio sin evidencias claras, solo bajo sospechas, ni siquiera el arma fue encontrada, ningún objeto que pudiera haber pertenecido a las víctimas, nada.

La policía había llegado a Pacciani, que en ese momento tenía 68 años, por una serie de pistas entre las que figuraba el hecho de que este agricultor analfabeto había cometido un crimen similar en 1955, cuando encontró a su novia con un vendedor ambulante y los mató a ambos. Adicionalmente era un excelente cazador y taxidermista, lo que dio la idea de una mente torcida.  Pero al final, no tenían nada y cuando Pacciani presentó una apelación, fue liberado al no haber pruebas claras.

Pero poco después hubo nueva información y se dio la orden de apresarlo de nuevo. Habían surgido una serie de testimonios que ubicaban a Pacciani como miembro de una secta satánica, en el que había al menos otras tres personas involucradas.  La información había sido proporcionada por un sujeto que estando preso había asegurado ser parte de ese culto junto con Pacciani.

Pacciani en el juicio.

El arresto de los demás miembros llevaría a nuevos testimonios; pero fue tarde, si Pacciani era el asesino de Florencia o no lo era, se lo llevó a la tumba, pues antes de que lo pudieran arrestar fue encontrado muerto en su casa. Los pantalones en las rodillas y sin camisa, aparentemente un ataque cardiaco por consumo de drogas. Hay quienes afirman que fue asesinado por el culto al que pertenecía, para que nunca hablara. Los dos asociados que fueron enviados a prisión no han aceptado su participación en ningún culto y aseguran ser inocentes. Hasta el día de hoy, no queda claro si lo son o no, pero queda claro que la temprana teoría de un culto satánico se volvió muy fuerte, sumado esto a numerosos crímenes ocurridos en Italia y que tenían notorios tintes rituales, es de suponerse que así fuera.

Los crímenes dejaron de ocurrir hace casi 37 años, pero en realidad, el caso nunca se resolvió y el arma homicida nunca se recuperó, quedando la duda nuevamente… ¿realmente atraparon al asesino?

Un fantasma en la cochera

Desde que aparece la fotografía de manera más formal y común en los años de 1850, algo que llamó la atención fueron las fotografías paranormales, imágenes de supuestos fantasmas que aparecían y asombraban a muchos pero que también dejaban una sensación de duda y para muchos otros, la impresión de que existía fraude.

Ciertamente muchas fotos eran fraudulentas, técnicas como la doble exposición eran comunes y también los juegos de espejos.  En otros casos la burda utilización de marionetas y sábanas flotantes resultaban grotescos. Aún en tiempos más recientes, algunas fotografías parecían ser auténticas, salvo al ojo cuidadoso que podía detectar los pequeños detalles reveladores.

La fotografía anterior fue considerada como “auténtica” por muchos años hasta que se hizo un análisis más detallado y se pudo notar que era un montaje de dos fotografías hecho a partir de los negativos, imprimiendo dos veces sobre un mismo papel fotográfico y con mucho cuidado. Pero al observar con más cuidado, se puede notar que la fotografía presenta inconsistencias y errores de montaje que nos hacen notar una composición que no es natural.  Como el detalle de la ventana en la que se nota que el poste entre ambas puertas tiene una discontinuidad obvia, la cual no existe en un vehículo y que revela el montaje, sumado a otros detalles más.

La llegada del video también trajo sus propias imágenes extrañas y algunas de ellas impactantes, algunas con un grado de complejidad que nos llevan a pensar en que no fueron creadas artificialmente, otras un poco más falsificables. Pero ciertamente también ha surgido la duda y por ello es importante hacernos algunas preguntas:

  • ¿Qué interés tendría el testigo en grabar algo así?
  • ¿Obtiene algún beneficio?
  • ¿Se puede explicar de forma lógica como una equivocación bien intencionada?
  • ¿Puede ser un fallo del equipo?
  • ¿Existe algún antecedente de tipo paranormal en el lugar?
  • ¿Se obtuvo intencionalmente?
  • ¿Existe algún antecedente histórico que pudiera ser el generador del fenómeno?

A partir del análisis de la situación, las condiciones y la historia detrás de un video, se pueden saber muchas cosas y quizá, sacar algunas conclusiones.

Caso en Ciudad Juárez

El video que se presenta más adelante nos ha sido compartido por Mónica, seguidora del canal “Relatos del lado oscuro” en YouTube y quien nos ha permitido compartirlo en este medio. Por respeto a su intimidad se reservan los nombres y datos precisos.

El video se grabó en Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Ciudad fronteriza que tiene un largo historial de violencia y crimen. Ciudad que ha sido escenario desde los años 90´s y hasta la actualidad, del episodio criminal llamado “Las muertas de Juárez”.  Un caso de feminicidio serial que se ha convertido en todo un estigma para el sistema de justicia mexicano al no haber resuelto los casos y no haber detenido la pérdida de vidas humanas. La cifra de víctimas para el año 2012 rondaba las 700 mujeres asesinadas y en la actualidad continúa creciendo.

Periódico mexicano.

No obstante, lo brutal de la situación descrita, Ciudad Juárez tiene otros sucesos históricos de gran violencia. Durante la revolución mexicana, la ciudad fue escenario de la batalla de Juárez en mayo de 1911. Una batalla que concluyó con la rendición de las tropas federales del General Navarro, tras lo cual, los revolucionarios comenzaron a ejecutar a cientos de soldados federales que habían rendido armas.  Todo ello en las afueras de aquel lugar y siendo arrojados los cuerpos a cañadas y barrancas. Cuando finalmente el líder revolucionario Francisco I. Madero toma conocimiento, detiene la matanza y evita que el General Navarro sea fusilado, pero había habido tiempo para matar a cientos de soldados y también a civiles que habían apoyado a los federales. Para evitar el escarnio, los cuerpos fueron sepultados por los revolucionarios en tumbas sin nombre, fosas comunes. Hasta la fecha no es extraño que, al excavar la cimentación de un edificio o un sistema de drenaje, se encuentren restos humanos.

Adicionalmente Ciudad Juárez fue el lugar de nacimiento en los años 80´s del famoso “Cártel de Juárez” del narcotraficante Amado Carrillo, también conocido como el Señor de los cielos y quien formara uno de los grupos criminales más violentos que este país haya conocido. Además del tráfico de drogas, el cártel dedicó un gran esfuerzo a eliminar a bandas rivales, a policías que no cedían a los sobornos e inclusive a militares que cumplían su función. Pero también a civiles que se interponían de alguna manera en sus planes. Con numerosos asesinatos, desapariciones y “levantones”.

Como podrá notar el lector, Ciudad Juárez es un sitio marcado por la muerte y en donde numerosas personas han perdido la vida, un lugar así guarda memorias del pasado y se convierte en un lugar en el que con frecuencia se reportan fenómenos paranormales.

El video que se comparte se grabó con la cámara de seguridad de una residencia en un fraccionamiento que se encuentra a unos 500 metros de la línea fronteriza, en una zona de reciente urbanización que en otro tiempo fue precisamente la zona en la que se dispusieron los restos de los federales asesinados en 1911 y en donde con frecuencia también eran arrojados los adversarios del cártel.

La casa en cuestión siempre ha tenido la sensación de ser una casa enferma, no es extraño sentir el contacto con algo que no se ve y la incesante sensación de estar acompañado, de que alguien observa desde la esquina, aun cuando no hay nadie allí. Otro detalle que se repite con frecuencia es el hecho de que los niños pequeños aseguran ver pequeñas formaciones de humo, como si alguien hubiera fumado y se formaran nubecillas. Evidentemente nadie fuma en casa y no habría una razón lógica para tal.

En algunos momentos, testigos adultos también han podido ver estas formaciones, algunas veces mucho más nítidas hasta tomar una apariencia antropomorfa, sin detalles, pero con la apariencia de un torso, miembros y cabeza.  Simultáneamente a estas apariciones, se pueden percibir sensaciones de agobio, cansancio y pesadez.

El fenómeno llevó a que los propietarios instalaran cámaras de video vigilancia en diferentes zonas de la casa, pudiéndose grabar no solo el video que compartimos sino varios más en las habitaciones interiores (no se comparten por privacidad de los propietarios y para mantener el total anonimato). El fenómeno se captó casi inmediatamente a haber colocado los equipos, y al momento de comenzar, paralelamente a la grabación se pudieron escuchar distantes ladridos y aullidos de perros y en el momento más fuerte de la aparición, la alarma del automóvil comenzó a sonar por sí misma sin que hubiera ninguna persona en el lugar.

La familia realizó un ritual de liberación durante los días siguientes, de acuerdo al testimonio compartido, el ejercicio de liberación y pase de luz culminó cuando por toda la casa se percibió una brisa suave y fresca.  Aparentemente el momento de partida de la presencia que ahí estaba.

Usted tendrá la mejor opinión, sabemos bien que en muchas ocasiones este tipo de videos son atribuibles a insectos, telarañas y demás, pero en este caso, el fenómeno no solo consiste en el video sino en una serie de situaciones paranormales y testimonios que complementan el caso de una forma que nos lleva a considerar de nuevo y pensar, quizá y solo quizá, que sea una prueba de una presencia paranormal. Y al responder las preguntas tenemos:

  • ¿Qué interés tendría el testigo en grabar algo así?  No tiene interés
  • ¿Obtiene algún beneficio?  No tendría ningún beneficio
  • ¿Se puede explicar de forma lógica como una equivocación bien intencionada? Quizá
  • ¿Puede ser un fallo del equipo? El equipo funciona correctamente
  • ¿Existe algún antecedente de tipo paranormal en el lugar?  Sí, abundantes antecedentes
  • ¿Se obtuvo intencionalmente? Sí, como consecuencia de los fenómenos existentes
  • ¿Existe algún antecedente histórico que pudiera haber generado el caso?  Sí, abundantes sucesos terribles

Para concluir el artículo, deseamos compartir un video en el que lo que se observa puede ser explicado plenamente como actividad biológica, simplemente una araña colgando de una telaraña frente a una cámara con visión nocturna.  A diferencia del video anterior en el que la cámara opera con iluminación externa, en este caso la cámara de visión nocturna refleja en el hilo y el insecto dando la impresión de que se trata de algo más.

El Orfanato

Relato literario de ficción

Por Sandra María Álvarez

 —No hay comida señora directora.

—Los niños van a pasar mucha hambre…

—Sí, pero no hay donantes y el ayuntamiento nos ha retirado las ayudas…

—Busque usted una solución…

Me encargaron casi un imposible, no sabía de donde sacar fondos para dar de comer a los pequeños, el orfanato estaba sentenciado a muerte, el ayuntamiento quería construir un edificio y derribar esto sin importarles lo que sucedería.

—¡Hombre, Señor López! ¿Cómo?¿Usted por aquí?

—He venido a hacer una nueva inspección, quiero saber si han reparado las goteras del edificio, los niños no pueden estar con goteras.

—Pues, sí, un vecino se prestó a repararlas.

—Veamos…

El Señor López era el enviado especial del ayuntamiento, no paraba de sacar fotos a todos los desperfectos del edificio y apuntarlo en sus informes para así tener una excusa y poder echar abajo todo esto. Subimos las escaleras y piso por piso fue tirando fotos a las ventanas, que si por aquí entra el aire frío, que si esta pared está sin pintar y pueden salir hongos, que si debajo de las camas hay moho. Todo eran fallos, odiaba a aquel hombre con todo mi corazón. Después de subir a la azotea y ver que, efectivamente se habían reparado las goteras, bajamos a la zona de los comedores y aquello fue desastroso. El Señor López apuntó con una sonrisa en su rostro que NO HABÍA COMIDA, y así era, las neveras estaban vacías y fuera, solo quedaban varios huesos de jamón con los que hacíamos sopa una y otra vez.

—Señor López, van a traer comida hoy.

—Sí, claro, ¿a qué hora?… Bueno, yo sigo con lo mío.

Aquella sonrisa, ya tenía la excusa, no sabía salir de esa y la hora de prepararles la comida a los cincuenta pequeños y pequeñas del orfanato estaba cerca. Tres horas después pude tocar la campana, todos los peques bajaron y ahí estaba la mesa llena de comida.

—Sandra, ¿y esto? —preguntó la directora con cara de rareza mientras los niños se acoplaban en sus sitios.

—Un benefactor nos ha traído comida en el último momento, ahora el Señor López no podrá cerrarnos esto, al menos por ahora.

—¿Quién ha sido el benefactor?

—Alguien del pueblo ha traído comida para unos días, al menos podemos hacer sopa—. Y así pasaron los días hasta que la policía vino a hacer preguntas.

—Doña Sandra María, ¿es usted?

—Sí, ¿qué desean?

—Pues verá, ha desaparecido un inspector del ayuntamiento y nadie sabe dónde está, también ha desaparecido su esposa y su hijo, se cree que se han ido, pero es raro porque no han dicho nada a nadie y tienen los dos coches aparcados en la puerta de la casa.

—¿Qué tenemos que ver nosotros en todo esto?

—Pues es simple rutina, sabíamos que iba a venir a hablar con ustedes, sabemos que el ayuntamiento está tratando de cerrar esto.

—Ah, bueno, es cierto, pero no lo van a lograr, haremos todo lo que esté en nuestras manos para que eso no suceda. ¿Han comido?

—Pues la verdad es que no, ¿por?

—Porque vamos a comer ahora, si lo desean, dos platos más…

—Pues mire, yo creo que nos vamos a quedar a comer aquí si no les importa, así vemos cómo va todo esto, podríamos ayudarles a mantener esto haciendo donaciones, nadie quiere que esto se cierre.

 —Claro, siéntense, en unos minutos tocaré la campana.

Bajé a las cocinas donde empecé a preparar la sopa, luego entré en la cámara frigorífica y cogí un gran trozo de carne para hacer albóndigas, al salir vi al guardia civil delante de mí.

—Vaya, ya veo que está preparando sopa.

—Pues sí…

—¿De qué es la sopa?

—De huesos, vamos, es un caldo con algo de carne.

—¿Huesos?

—Sí, jamón, ya sabe usted.

—¿No cree que esos huesos son demasiado blancos? Esos huesos no son de cerdo, ¿de qué animal son?

—Pues… de ave, ¿dije cerdo?

—Sí, dijo cerdo

—No claro, me confundí, es de ave…

—¿Qué tipo de ave? Son muy grandes para ser de ave.

—De avestruz, nos lo trajo un señor del pueblo.

—¿De avestruz?

—Sí…

—¿Y la carne?

—Pues de cerdo.

—¿A ver? Vaya, no parece carne de cerdo, mi padre fue carnicero toda su vida y yo ayudaba en la carnicería del pueblo, esto no es cerdo señora.

—¿He vuelto a decir cerdo? Corzo, un cazador nos trajo un corzo.

—¿Corzo?

—Sí.

—¿Puedo entrar en la cámara frigorífica?

—Pues no sería bueno, es por temas de higiene.

—No se preocupe, no voy a tocar nada…

—No, es que, no puede entrar, las normas del centro no lo permiten.

En ese mismo instante el guardia civil me apartó con su mano entrando en la cámara de los horrores, pudo ver colgado los tres cadáveres despiezados del Señor López, su mujer y su hijo. El guardia civil llamó a su compañero por radio y bajaron los dos, entraron en la cámara y comenzaron a vomitar, aproveché para cerrar la puerta y bajar la temperatura al máximo, sabía que su radio no podía emitir desde dentro, escuché varios disparos, estaban tratando sin lugar a dudas de abrir la cámara pero era imposible. La directora bajó y probó la sopa.

—Deliciosa Sandra, ¿dónde están los guardias?

—Pues se han ido, han visto todo correcto y lo mejor de todo, nos han dejado más comida para hacer albóndigas y huesos para sopas, los niños van a comer varios días más, démosle gracias a Dios…

El internado

Memorables, significativas e impactantes son las vivencias que tienen lugar en un internado de carácter militar para jóvenes. En la miniserie que presentamos en el canal de Relatos del Lado Oscuro se recuperan a través de una ficción literaria algunas de ellas, narradas en la voz de sus protagonistas.

El relato “El Internado” es original del escritor aficionado Eduardo Sabugal Machaén, quien ya ha colaborado con Relatos del Lado Oscuro con los guiones originales “El Machete” y “La Jaula” así como con la adaptación del relato “Macario” de Bruno Traven. De igual manera, Eduardo Sabugal Machaén ha escrito una colección de cuentos infantiles entre los que destacan “El Avioncito Rojo”, “Bico” y “Las 500 Gallinas” y ha participado en algunos concursos de cuento y guión radiofónico.

Este autor, nacido en 1946 en la Ciudad de México, estudió en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo de 1962 a 1968, cuando esta institución aún era militar, lo cual le permitió experimentar en carne propia la disciplina, la rigidez y el formalismo de una educación tradicional, combinada con ideas existencialistas, antibelicistas y de búsqueda de libertad propias de las y los jóvenes de la época.

En la serie “El Internado”, Sabugal Machaén recrea el ambiente de un internado militar al inicio del movimiento estudiantil de México en 1968, con todos sus aspectos costumbristas y divertidos, pero también sombríos, violentos y trágicos. Un grupo de jóvenes que ha dejado su lugar de origen, su casa y su familia con el fin de labrarse un futuro, adentrándose en una institución que les brinda techo, alimento y educación tiene varios escenarios posibles. Ya que en este lugar la convivencia entre los estudiantes es constante e inevitable, en el internado un chico puede encontrar en sus compañeros de pupitre a los amigos que le acompañarán y animarán durante toda su vida o hallar en la misma habitación o en la misma mesa a los rivales que le retarán, humillarán y pondrán a prueba su resistencia y sus valores más determinantes. Los internados, al igual que los conventos o las prisiones, que son instituciones cerradas, tienen sus propias reglas, costumbres, prohibiciones, libertades y complicidades que sólo aquellos que las han compartido, pueden entender plenamente. Lugares dignos de análisis sociológicos, los internados siguen llamándonos la atención por aquellos secretos que tal vez nunca traspasen sus fronteras.

En esta ficción se narran algunas de las crueles novatadas que sufrían los estudiantes en la década de los 60´s, sin embargo, las novatadas en instituciones militares siguen siendo noticia.

En 1992, un juez militar en Zaragoza, España procesó a 13 soldados por novatadas. Un soldado denunció amenazas y coacciones por parte de sus compañeros veteranos para que les entregase dinero bajo amenazas de golpes o de obligarle a caminar descalzo sobre cristales.

En noviembre de 2005 los medios de comunicación transmitieron la noticia de que los marines británicos destacados en Irak practicaban crueles novatadas.

En 2004 la organización Human Rights Watch denunció los malos tratos que sufrían los reclutas rusos. Un año después, en la Escuela Militar de Tanques en Cheliabynsk, el joven Andrei Sichov recibió una paliza que ocasionó la amputación de sus piernas y genitales tras ser operado varias veces. Por temor a las represalias, este joven no había denunciado, sólo lo hizo hasta que supo que había quedado exento del servicio militar porque era considerado como discapacitado. Los informes de la Fiscalía Militar indicaron que las novatadas y los malos tratos eran la causa principal de los suicidios que ocurrían cada año en las Fuerzas Armadas rusas: 246 en el 2004 y 315 en 2005. Según las organizaciones de derechos humanos, los suicidios y las novatadas en Rusia cobran la vida de un millar de reclutas cada año, razón por la que muchas familias pagan miles de dólares para evitar que sus hijos cumplan el servicio militar obligatorio, que desde 2008 es de doce meses. Pero esto no fue resuelto ya que en julio de 2011, se dio a conocer que en el ejército ruso se había duplicado el número de abusos y novatadas. La fundación “Derecho de la madre”, que ha creado un grupo en una red social rusa para conmemorar a los jóvenes muertos en los cuarteles rusos, señala que más de 80 mil soldados murieron en el ejército en los últimos 20 años en tiempos de paz.

En enero de 2011, en Alemania, estalló un motín a bordo del buque escuela “Gorch Fock”. Las razones que lo provocaron fueron las novatadas, las borracheras y los abusos sexuales que ahí eran frecuentes. La Marina de Alemania detectó la misteriosa muerte de dos mujeres estudiantes de 18 y 25 años, a bordo del barco. Algunos de los hechos reportados fueron ciertos rituales como el “bautismo” de los novatos, sumergidos en botes salvavidas llenos de restos de comida y vómito, o el camino que los cadetes recorren de rodillas sobre la cubierta hasta llegar a un oficial ataviado con una peluca rubia femenina al que tienen que adorar y besarle los pies.
De igual manera, en el cuartel 233 del Batallón de Cazadores de Montaña, al sur de Alemania, se reportó que algunos soldados eran obligados a participar en rituales de iniciación brutales en donde eran golpeados y maltratados, obligados a comer vísceras crudas de animales y vejados sexualmente. Esta misma unidad, considerada “de élite”, provocó en 2006 un escándalo en Afganistán cuando varios de sus soldados se fotografiaron con cráneos y huesos hallados en una fosa común.

Las novatadas, frecuentes en internados, ejércitos y fraternidades, actualmente son entendidas como bromas crueles y pesadas, pero en su origen constituían ritos de iniciación. Como Ernesto Milá señala en su publicación de 2005 titulada “Ejercito y Sociedad. Las novatadas como rito de iniciación” quienes han practicado novatadas parecen haber perdido la conciencia de su utilidad y de su razón de ser. Un ejemplo histórico es la Orden de los Caballeros del Templo de Jerusalén, los templarios, que en el siglo XII, habían organizado un “capítulo secreto” que impartía una “enseñanza iniciática” de origen gnóstica. Para acceder a ese capítulo, se pedía al templario que escupiera sobre la cruz (un gesto que suponía el rechazo a la religión entendida como mero culto exterior), se le hacía pasar por el “bautismo del fuego” y, finalmente, se le impartía el “aliento del espíritu”, que consistía en un soplido en la base de la columna vertebral del aprendiz. Todos estos elementos formaban parte de una ceremonia ritual de la que no se conocen destalles específicos. Sin embargo, con el paso de los años, el sentido original de este rito se difuminó y terminó llevándose a cabo con un beso obsceno en el trasero; arrodillarse frente a un ídolo del dios “Baphomet” y escupiendo a la cruz. Así, como señala Ernesto Milá, los miembros de la orden, que habían realizado los votos de castidad, pobreza y obediencia, terminaron siendo considerados como sodomitas, bebedores impenitentes y vividores. Aunque Milá justifica la novatada como un rito de integración en la milicia, reconoce que las novatadas son la última etapa degenerativa de una enseñanza.

Una investigación llevada a cabo por un grupo pacifista italiano, el llamado Archivio Dissarmo, llegó a la conclusión de que las novatadas forman parte de un “sistema de violencia para preparar a los soldados para la guerra y crea una jerarquía paralela que inculca como valor disfrutar con la humillación del otro”.

Pero las novatadas no sólo tienen que ver con relaciones de poder, sino con el sexismo. En su libro “La identidad masculina”, Elizabeth Badminter explica cómo la masculinidad es puesta a prueba de manera reiterada y se accede a ella a través de dolor, la renuncia y el sufrimiento, físico o psíquico. Esto se manifiesta en ritos de iniciación tales como las novatadas, donde toda diferencia o singularidad es reprimida o castigada. La humillación cruel se asocia a la eliminación de cualquier rasgo de femineidad y a la separación brutal del mundo maternal de la sensibilidad y los afectos. En los equipos de fútbol, como en los ejércitos o en las escuelas masculinas, el insulto por excelencia es “maricón” pero al mismo tiempo se encuentran rituales de innegable contenido homosexual como las palmadas en el trasero, las duchas comunitarias o la camaradería masculina y los ritos iniciáticos de los internados religiosos, donde no faltan las experiencias sexuales clandestinas.

La rectoría de la Universidad Autónoma de Chapingo en Chapingo, México.
Autor: Luigi Guarino.

El relato “El internado” innegablemente hace referencia a Chapingo. La historia de Chapingo se remonta al 19 de agosto de 1853 cuando Antonio López de Santa Ana estableció el Colegio Nacional de Agricultura en el convento de San Jacinto en el entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Durante la Revolución, la Escuela Nacional de Agricultura suspendió sus actividades y en 1918 reabrió sus puertas. En 1924, Álvaro Obregón trasladó la escuela a la ex-hacienda conocida como nuestra Señora de la Concepción Chapingo. Desde entonces la escuela adoptó el lema: “Enseñar la explotación de la tierra, no la del hombre”.

Esta hacienda, ubicada 3 km al suroeste de Texcoco, perteneció al cacicazgo de Huexotla y luego a un rico español. Después fue propiedad de los jesuitas que construyeron el edificio principal y la capilla. La hacienda fue confiscada por Carlos III de España en 1777. El presidente de la República, Manuel González, la adquirió en 1884, arreglando el casco y construyendo la fuente de Las Circasianas, la cual alude a la belleza de una mujer a quien hizo traer de Rusia. Entre 1926 y 1928, Diego Rivera decoró sus interiores con murales.

Cabe mencionar que como afirman Verónica Vázquez García y Roberto Castro en una investigación realizada en la Universidad Autónoma de Chapingo, esta institución fue creada respondiendo a la necesidad de contar con técnicos agrícolas capaces de satisfacer las demandas de hacendados y latifundistas. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas -para quien el reparto agrario y la atención a grupos campesinos eran asuntos prioritarios-, se reorientó el plan de estudios y se acordó que para ingresar a la escuela se debería ser “hijo de proletario, obrero o campesino, preferentemente procedentes de organizaciones campesinas”.  La escuela mantuvo sus puertas cerradas a las mujeres hasta finales de los años sesenta, a pesar de que desde los años cincuenta comenzaron a graduarse agrónomas de otras instituciones mexicanas.

Como internado militar, Chapingo no estuvo exento de las crueles novatadas. Pero como señala Víctor Suárez Carrera en su artículo “Chapingo en tiempos del Xolo”, publicado en la Jornada del Campo en 2009, hubo varios acontecimientos importantes en la escuela durante 1968, los estudiantes progresistas se mostraron en contra las novatadas hacia los alumnos de primer ingreso practicadas por los veteranos y en la ceremonia oficial de inauguración del año escolar, con uniformes de gala y rifles con bayoneta calada, los estudiantes rompieron filas y se abalanzaron sobre la tribuna de honor en la que se encontraba el profesor Juan Gil Preciado, entonces secretario de Agricultura y representante del presidente Gustavo Díaz Ordaz, como muestra de repudio a la actuación de este funcionario frente a la huelga estudiantil de la Escuela de Agricultura Hermanos Escobar de Ciudad Juárez. El siguiente acontecimiento determinante en la vida académica y política de la Escuela Nacional de Agricultura fue la asamblea general estudiantil del 29 de julio de 1968 en la cual, luego de un intenso debate, se votó mayoritariamente a favor de la huelga en solidaridad con los estudiantes reprimidos el 26 de julio en la Ciudad de México y en favor de un pliego de demandas en pro de las libertades democráticas del país. En Chapingo se vivió un ambiente de transformaciones y empoderamiento de estudiantes y maestros. El movimiento estudiantil y la brutal represión gubernamental en 1968, la influencia de la revolución cubana, la resistencia del pueblo vietnamita contra la intervención estadounidense, la propagación de las enseñanzas liberadoras de Paolo Freire y de Iván Ilich y, sobre todo, la conciencia de “ir al campo”, de “servir al pueblo”, de “aprender de la realidad”, animaron las transformaciones. En 1969, la Escuela dejó de ser militarizada y en 1973 se logró el establecimiento de la autodisciplina. En 1974, la Escuela pasó a ser la Universidad Autónoma de Chapingo.

Te invitamos a escuchar la miniserie dramatizada “El internado”.

“El Internado” de Eduardo Sabugal Machaén.

Reencuentro en el Lago Ness

Testimonio de César

“Cuando me agaché y toqué el agua sentí como si un radar saliera de mi mano y pudiera sentir todo lo que había en el agua: los bordes de roca de las paredes, los peces que iban nadando y sentí que algo al fondo del lago, del lado izquierdo, también sintió que yo lo había sentido. No sabía qué era, sólo sabía que había algo allá atrás al fondo que era muy grande y que sabía que yo me había dado cuenta de que eso también estaba ahí”

Jure Grando

Nombre: Jure Grando Alilovic

Tipo de monstruo: Vampiro

Clasificación: Strigoi

Grado de peligrosidad: Alta, mortal al encuentro

Período de actividad: Nocturno

Fecha: 1656 a 1672

Región: Croacia

Aldea de Kringa en Croacia.

La antiquísima aldea de Kringa, en la península de Istria a orillas del Mar Adriático, alberga una historia que para muchos no es más que folklore. Pero para quienes buscan más allá, encierra la historia de un monstruo chupasangre o vampiro: la historia de Jure Grando Alilovic.

Todo comienza en algún momento de 1580, con el nacimiento del propio Jure. Según se relataba en aquel entonces, Jure nació envuelto en la placenta y con los ojos azules, señal clara de que sería un Strigoii (brujo de vuelo o vampiro). Aunque resulte brutal, la práctica habitual habría sido matarlo inmediatamente, antes de que pudiera desarrollar capacidades como Strigoii; sin embargo, y probablemente por intercesión de algún familiar, le fue perdonada la vida a cambio de que se tuviera cuidado de convertirlo en un buen cristiano y procurando que los sábados por la noche estuviera en la iglesia o acompañado siempre por un buen cristiano a fin de evitar que los de su estirpe (vampiros) terminaran de convertirlo. Se creía que podían hacerlo llevándolo por la noche del sábado a los bosques o los cementerios.

Aparentemente la vida de Jure transcurrió normalmente, hay registro de que contrajo matrimonio y procreó dos descendientes, una hija de nombre Ana y un varón de nombre Nikola.  Hasta este punto se entiende que la vida de Jure habría sido lo suficientemente normal como para que la idea de que fuera un Strigoii se dejara atrás. También es probable que los de su estirpe (vampiros) hubieran dejado de intentar convertirlo mediante los tradicionales rituales ya que no existe ningún dato en los anales antiguos acerca de sospechas o acusaciones en su contra.

Al momento que Jure Grando muere en 1656, probablemente víctima de su avanzada edad (76 años), nadie tenía presente aquello y nadie tomó las precauciones propias de la ocasión. Cuando hay la sospecha de que alguien que ha muerto era un Strigoii, se suelen poner nueve husos (herramienta de hilado) de madera de encino a fin de que no pueda salir de la tumba. Asimismo de haber tenido presente aquella situación, es probable que hubieran desprendido la cabeza antes de sepultarle, colocándola a los pies del cadáver y clavada al ataúd, a fin de que no se volviera a colocar sola.  También podrían haber quemado el cuerpo.  Sin embargo, muy probablemente la muerte de aquel hombre ya tan mayor no habría despertado la mínima sospecha de tal cosa y pocas personas realmente recordarían siquiera que había nacido con todos los presagios ominosos de un Strigoii.

Pero según la creencia antigua, un Strigoii puede vivir una vida normal como cualquier persona, ser un ciudadano respetable y jamás exhibir un solo síntoma de vampirismo hasta que muere, momento en el que el alma abandona el cuerpo y viaja al más allá; en ese instante el Strigoii, que ha vivido dormido en ese cuerpo, despierta y toma el control.  Ya no es más la persona que había ahí, ahora es un cuerpo animado por un espíritu inmundo que busca ansioso saciar su sed en todos los aspectos, se creía que no solo consumía sangre, sino que también tenía un apetito sexual escandaloso y una voracidad por la energía vital de las personas que con facilidad llevaba a la muerte a sus víctimas.

Y tal como era de esperarse, Jure volvió de la tumba.  Y pronto, comenzaron a ocurrir cosas extrañas y atemorizantes, las y los vecinos de la aldea aseguraban que previo a la muerte de algún familiar, por la noche alguien había tocado la puerta insistentemente y de manera urgente, pero al abrir, no había nadie.  Unos días después algún familiar moría sin que hubiera ningún rastro de enfermedad.

También fueron encontrados animales muertos, enteros, sin mordeduras evidentes, pero sin sangre, totalmente drenados.  Se sabía que era propio de un Strigoii que en sus primeros días como no muerto, podía tomar fuerza bebiendo la sangre de cualquier animal, para después enfocarse en víctimas humanas.  De esa forma, los habitantes de Kringa comenzaron a sospechar que un Strigoii estaba con ellos.

Algún tiempo después de comenzar aquellos ataques, y una vez recuperada su fuerza, el Strigoii comenzó a atacar a la viuda de Jure, siguiendo los apetitos propios de tal ser, ingresó a la vivienda y tuvo contacto sexual insaciable con la viuda, quien por cierto superaba los 60 años de edad. Pero no importó para que aquel ser le atacara cada noche.

Con el paso de los meses y viendo que los ataques no cesaban, se denunció aquello con el párroco de la región, el Padre Giorgio, quien había conocido a Jure en vida y jamás sospechó de aquel mal. El padre Giorgio había sepultado a Jure y por ello sabía que no se habían tomado las precauciones necesarias.  Tomó entonces en consideración lo dicho y se preparó para responder al ataque, pero antes de que pudiera hacerlo, la viuda fallecería por extenuación; los ataques sexuales de cada noche habían terminado por matarla.  Pero antes de morir volvió a describir al atacante como su difunto esposo, Jure, muerto años atrás.

Jure Grando.

La descripción de la viuda era intrigante, revelaba un Jure sonriente, sofocado por volver de una cacería, pero rejuvenecido.  Pasado algún tiempo, los ataques contra los aldeanos continuaban, hombres hallados muertos en el campo, viajeros que aparecían muertos a la orilla del camino y sin una gota de sangre, niños que morían en sus cunas y mujeres que aseguraban haber sido atacadas.

Ante tal situación, el propio sacerdote comenzó a realizar recorridos por la aldea al caer la noche y mucho fue su asombro cuando una de esas noches se topó de frente con Jure, sonriente y mirándolo fijamente a los ojos.  El padre Giorgio sin dudarlo sacó su cruz y comenzó a imprecarlo en el nombre de Dios y Jesucristo, logrando hacerlo retroceder y así salir indemne del ataque.  Pronto se organizó una partida de búsqueda, teniendo éxito en encontrarlo, pero no en liquidarlo. Uno de los aldeanos de aquella partida intentó sin éxito clavarle una estaca en el corazón, pero la misma rebotó con fuerza al intentar herirlo, haciendo que Jure escapara rápidamente.

El Strigoii es especialmente fuerte y a diferencia del Upir o el Agriogouruno, es inmune a las estacas. ¿Por qué no atacarlo en su propia tumba? Es sabido que los Strigoiis una vez que están fuertes y que han atacado con frecuencia un lugar, pueden cambiar de sitio y moverse a otras tumbas en otros lugares. A menos que se sepa su ubicación, es difícil encontrarlos, de tal manera que el tiempo pasó sin que pudieran atraparlo y los ataques continuaron.

Pero algo que caracteriza al Strigoii, es que toma confianza de sí mismo y se vuelve descuidado, quizá por eso o por algún extraño apego a su lugar de origen, Jure volvió a atacar en Kringa, siendo descubierto cuando volvía al cementerio de sus correrías. Habían transcurrido varios años de su muerte, cuando fue visto ingresando a una tumba a altas horas de la noche.

Sin dudarlo se armó un grupo de cazadores, quienes, apoyados por el prefecto de la localidad, el sacerdote y nueve aldeanos, ingresaron al cementerio, retiraron el ataúd y al abrirlo se toparon con un Jure que parecía simplemente dormido, en perfecto estado y de piel sonrojada.  Uno de los aldeanos intentó clavar una estaca en el corazón, pero ésta rebotó inmediatamente, tal como era de esperarse. Sin embargo, otro de los asistentes tomó una sierra y comenzó a cortar el cuello, provocando que Jure despertara y comenzara a gritar horriblemente con un sonido insoportable y aterrador, que solo se apagó cuando el padre Giorgio comenzó a hacer una oración especial al Altísimo pidiendo ayuda en aquel trance. Finalmente, la cabeza pudo ser separada del cuerpo y una enorme cantidad de sangre fresca y roja manó dentro del ataúd.  Posteriormente fue devuelto a su propia tumba, se colocaron los nueve husos de madera y se hicieron los rituales necesarios que finalmente devolvieron la calma a Kringa.  Habían pasado 16 años desde la muerte de Jure Grando Alilovic.