
Hacia finales de noviembre de 1944, sobre los cielos de la Europa de la Segunda Guerra Mundial surgió un relato peculiar que generó un análisis por parte de los mandos militares aliados (EUA, Inglaterra, Francia y la URSS). El relato se centraba sobre los misteriosos avistamientos de luces en el cielo, persiguiendo a los aviones y por momentos rodeándolos y volando delante de ellos, actuando como si se tratara de un juego, un juego curioso.
Las luces eran descritas de diversas formas, principalmente como esferas de luz de tamaño reducido, no mayores a unos 60 cm. de diámetro en colores blanco, azul intenso, rojo y amarillo. Pero también había reportes de luces de mayor tamaño. Podían en un mismo momento ser varias de estas luces, como en el caso narrado por el teniente Ed Schlueter quien junto con su operador de radar, el teniente Meirs, fueron testigos de un avistamiento de al menos diez de estas luces, las cuales sobrevolaban cerca de su avión y eran de un color anaranjado intenso. El avistamiento sucedió cerca de las orillas del río Rhine y de la ciudad de Estrasburgo, en una misión nocturna de combate.
En un primer momento y tras contactar con su base, el teniente Schlueter fue informado que los radares no registraban otra actividad más que la de su avión; sin embargo, ambos tripulantes lo observaron y con asombro y cierto temor, vieron como aquellas luces se acercaban peligrosamente a su avión, rodeándolo y por momentos prácticamente rozando las puntas de las alas. Finalmente, tal y como habían llegado, desaparecieron dejando tras de sí un rastro rojizo.
El incidente daba inicio a una larga lista de avistamientos prácticamente en todos los frentes, tanto en Francia, Italia, la zona de Normandía, Alemania y las regiones del frente del este. Muchos de los reportes ocurrían durante las misiones nocturnas; no obstante, también había reportes durante las misiones diurnas, sobre todo al caer la tarde antes del anochecer.
Los pilotos y tripulantes relataban extraños encuentros que fueron la fascinación de la prensa que ocupaba aquellas narraciones para alejar un poco el horror de la guerra de la mente de la población civil no combatiente. De ahí que comenzara a llamárseles “Foo Fighters” en alusión a una caricatura de la época llamada Smokey Stover. “The foo fighter” era un personaje que solía ser dibujado con aspecto torpe y simplón. Teniendo en cuenta que las extrañas y amenazantes luces en realidad no causaban ningún desperfecto se pensó en bromear un poco con ellas comparándolas con el inofensivo personaje de caricatura.
Pero la realidad detrás de las sonrisas y las bromas es que había una genuina preocupación por aquello. Los reportes eran numerosos y si bien, no se reconocía que estas luces hubieran causado ninguna pérdida, la realidad es que no había manera de saberlo; de cada 100 bombarderos y aviones de combate que despegaban, una buena parte nunca volvería y las pérdidas no eran investigadas. Si aquello estaba derribando aviones o no, era algo difícil de saber.
Pero existían varias posibilidades en la mente de los militares:
- Aviones Jet Alemanes ya que, durante los últimos momentos de la Segunda Guerra Mundial, Alemania había puesto en combate aviones modernos propulsados por motores jet y cohete formidables, veloces y de apariencia extraña que incluían algunos aparatos para misiones nocturnas altamente equipados y cuya aparición causaba desconcierto.
- Artefactos teledirigidos, similares a las bombas cohete V1 y V2, artilugios que cercanos a un avión aliado, estallarían por control remoto y acabarían con el avión.
- Efectos ilusorios provocados por las misiones nocturnas.
- Aparatos de origen desconocido.
La idea de que los avistamientos eran esencialmente aviones alemanes era la candidata preferida, ya que no había ningún reporte de que aquellas cosas estallaran en el aire o hicieran algún daño a algún avión. Pero para los pilotos y tripulantes, no resultaba lógico, en primera lugar solo había un puñado de estos aviones jet, pero aún en misiones nocturnas, su comportamiento era similar a un avión normal, quizá más veloces, con mayor capacidad de ascenso y descenso, pero no operaban así las luces, además los “Foo Fighters” no dejaban rastro en el radar en tanto que los aviones sí.
Efectos ilusorios fue el siguiente punto de estudio, resultaba lógico esperar algún efecto extraño, como por ejemplo la ilusión de coriolis, una forma de desorientación espacial provocada por rápidos movimientos del avión. También se pensó en la ilusión autocinética, en donde el testigo siente que un objeto luminoso se mueve en la oscuridad provocado por su propio movimiento. Ambos efectos no habían sido estudiados a fondo sino hasta después de la guerra por lo que se consideró que esto era la causa. Pero en ambos casos, el fenómeno no era del todo explicable ni aplicable a todos los casos reportados.
Algunos de los avistamientos masivos en la región de La Spezia en el Mar Tirreno, ocurrieron de día y fueron reportados por varios pilotos norteamericanos simultáneamente y de la misma forma, con la misma dirección de aproximación, los mismos movimientos y la misma ruta de partida. La ilusión de coriolis afecta la percepción de la posición de uno mismo, la ilusión autocinética hace creer que algo tiene movimiento, pero en cada caso dependerá de cada individuo que lo sufre y resulta imposible que diversos pilotos tuvieran efectos similares.
Habiéndose descartado temas como pilotos bajo el influjo del alcohol, falta de sueño, imaginación prodigiosa y otros, los altos mandos no tuvieron otra alternativa que dejar el asunto pendiente para posteriormente analizarlo. Para muchos aquello no era otra cosa que algún mal logrado artilugio alemán que no había funcionado del todo.
Sin embargo, aquella perspectiva cambiaría dramáticamente con el hallazgo de un documento extraño. Tras la caída de la Alemania Nazi, los aliados se hicieron con los archivos y documentos que celosamente habían sido guardados, al analizarlos pudieron retomar informaciones valiosas acerca de motores jet, cohetes, sistemas armamentísticos y otros avances asombrosos, pero uno de los archivos resultaba extraño, su nombre “Sonder Buro 13”. Esto se traduce literalmente como “Empresa 13”. Si bien, los documentos de aquella supuesta empresa revelaban esencialmente diseños y estudios sobre aeronaves no convenciales entre las cuales estaban los famosos OVNIS de Hitler, también había algunas páginas que hablaban de una serie de sucesos de 1942. Estos sucesos habían generado preocupación de la aviación alemana del Mariscal Goering con relación a una serie de reportes de extrañas luces en el cielo que habían perseguido y atemorizado a los bombarderos alemanes, en misiones diurnas. Las descripciones eran muy similares a los “Foo fighters” lo que revelaba que el fenómeno no era una tecnología alemana desconocida, y que tampoco aplicaban las teorías de coriolis y la ilusión cinética.
Por último, también la fuerza aérea japonesa terminaría relatando extraños encuentros. Tras la guerra, los aviadores estadounidenses que operaban desde Japón tuvieron conocimiento de que los pilotos del sol naciente habían experimentado momentos extraños durante las misiones, principalmente entre 1942 y 1944, aún durante el día. Muchos de ellos consideraban que se trataba de los espíritus de los pilotos muertos que escoltaban a su compañeros y los protegían.

Se puede concluir entonces que los aviones combatientes de la Segunda Guerra Mundial fueron escoltados por lo que se cree, eran objetos voladores de origen no humano, con movimiento inteligente, coordinado y ágil. Lo que no queda claro es si hubo o no bajas ocasionadas por estos artefactos o si simplemente como se cree, solo fueron observadores pasivos del más sangriento conflicto que ha enfrentado la humanidad.
Una respuesta a “OVNIS en la Segunda Guerra Mundial “Foo Fighters””
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