La cárcel del infierno

Cuenta la leyenda que la mujer del bikini rojo fue pintada con la sangre de una enfermera.  Los presos la sacaron de la enfermería, la llevaron al galpón y tras abusar brutalmente de ella, la mutilaron y pintaron el mural usando su sangre.

En realidad, esto no ocurrió y la mujer del bikini no está pintada con sangre, sino con pintura común como la que se usa en toda la prisión.  Pero sin duda, no habría sido raro que ocurriera.  Todo podía pasar en la isla-prisión de San Lucas, en Costa Rica.

Muerte, violencia, desesperanza, odio, rencor, miedo, soledad, dolor, abandono, desolación y cualquier otro término que refleje la oscuridad del alma humana pueden apenas dar una idea de lo que ahí se vivió. Sobre todo si se considera que tuvo 117 años operando como prisión y en el cementerio apenas hay 12 esqueletos.  Además no hay expedientes de cuántas personas ingresaron ni de cuántas salieron.

Actualmente convertido en reserva natural, la vegetación ha comenzado a reclamar lo que es suyo y poco a poco irá desapareciendo la terrible memoria de los acontecimientos vividos.  Por eso es necesario no olvidar, no dejar que se pierda lo que ahí se vivió.  Nos queda claro que muchos de quienes estuvieron ahí, no eran buenas personas; de hecho, eran los peores sujetos que se pudiera encontrar en la sociedad.  Pero junto con ellos, también hubo quienes no eran culpables, presos políticos, inculpados, jovencitos llevados como carne fresca.  Aún los propios guardias, demencialmente afectados por lo visto en este lugar fueron víctimas.

Algunos turistas sienten mareo al entrar, otros tienen dificultad para respirar y más de uno ha perdido el sentido. Y ahí, enfundados en sus coloridos trajes de playa, con sus sandalias y sus sonrisas tontas, se han enfrentado a los demonios que aún se perciben en la cárcel del infierno.  Como si los miedos y el dolor sufrido siguieran presentes entre sus muros, alojados en los obscenos dibujos de sus paredes y en la espesura de la selva que lo envuelve todo.

No es un lugar turístico, no es un lugar divertido, es una memoria de lo peor, de lo más bajo a lo que los seres humanos pueden llegar.

No hubo enfermera muerta, pero hubo muchísimos más horrores en la cárcel del infierno.

La cárcel del infierno

Una respuesta a “La cárcel del infierno”

  1. Excelente relato basado en el libro «La Isla de los hombres solos» del autor costarricense José León Sánchez, el cual vivió en carne propia esos horrores.
    La isla de San Lucas está ubicada en el golfo de Nicoya, frente al puerto de Puntarenas, en la ciudad del mismo nombre, en Costa Rica.
    Saludos cordiales.

Deja un comentario

Descubre más desde Relatos del Lado Oscuro

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo