Una integrante de nuestra comunidad nos envió unas extrañas fotografías acompañadas de un video.
¿Conoce Snapchat? Es un programa que se instala en su teléfono (APP) el cual sirve para compartir fotografías simpáticas, a las que se les pueden poner diferentes elementos llamados filtros, que modifican vistosamente las imágenes agregándoles orejitas de perro, florecillas o cambiando los rostros entre dos personas que estén en la misma imagen.
El programa digital funciona reconociendo los rostros de las personas. Un algoritmo determina que hay una composición de imagen que interpreta como una cara y entonces permite aplicarle el filtro que se desea. Orejitas de Mickey Mouse, florecitas, estrellitas o cualquier otra cosa loca que se le pueda ocurrir a una persona joven que quiere compartir con sus amistades una foto simpática.

Tenga en cuenta que estos programas avanzados cuentan con algoritmos capaces de diferenciar el rostro de un muñeco, una pintura o una fotografía, y si bien a una fotografía le asigna el valor de un rostro, a un muñeco o a una pintura no se lo asigna, lo mismo ocurre con reflejos y destellos luminosos. De hecho si en una imagen hay dos rostros, identifica a ambos y a ambos les asigna el filtro. Vaya, es capaz de identificar un rostro en un espejo. El problema surge cuando el programa identifica un segundo rostro y le asigna el valor de un rostro pero ahí no hay alguno.

Peor aún, cuando el problema se vuelve recurrente y aparece también en video e interactúa con las personas respondiendo a preguntas específicas como: ¿te conozco? Entonces saca una vez la lengua. En este caso, hay una interacción con un ser invisible al ojo humano. ¿Significa acaso que hay una presencia espiritual que nuestros ojos no perciben pero que la lente electrónica sí?
