Por Carolina
Buenas tardes, soy una fiel seguidora del programa, mi nombre es Carolina, soy de Caicedonia, Valle del Cauca en Colombia y quisiera compartirle una historia que me pasó cuando yo era una niña de 12 años.
En ese tiempo vivía con mis padres y aconteció el fallecimiento de una cuñada de mi tía, hermana de mi madre. Esa tarde, mi papá me preguntó si deseaba acompañarlos a la velación de esta señora. Le dije que no deseaba ir porque no la conocía. Mi padre me dijo: “mijita, así no la hubieras conocido, uno debe acompañar a los difuntos a su último adiós”.
A eso de las seis de la tarde mis padres y mi tía se marcharon a la sala de velación. Yo me quedé en casa con uno de mis hermanos, otra tía y mi hermana, quien es una niña con discapacidad. Cuando mis padres regresaron a casa eran eso de las 11 de la noche, yo me encontraba en la sala viendo una película llamada “Jóvenes brujas”. Quiero recalcar que soy una persona sumamente sensible a entidades y energías. Volviendo al relato, mi mamá y mi papá llegaron y se acostaron, yo me quedé viendo la película. Ese día mi mamá lavó las cortinas y las ventanas estaban sin cortina. Mi papá se levantó faltando 15 minutos para las doce de la noche. Él iba para el baño cuando me vio aún allí, me dijo: “hija ¿por qué no se acuesta? ya es muy tarde y a las 12 es hora de los espíritus”. Yo estaba tan enganchada de la película que no le di importancia a lo que me dijo mi papá. Cuando él regresó del baño me adviritió: “cuando la asusten, no vaya a querer irse a dormir en la cama con su mamá y conmigo porque no la voy a dejar”.
A eso de las 12 empecé a sentir como si con las uñas tocaran los cristales, cuando volteé a mirar hacia la ventana, que como mencioné no tenía esa noche cortinas, vi una señora extremadamente delgada. Podría decir que con el rostro cadavérico y en su cabeza solo tenía un poco de cabello. Se me erizó la piel, me paré de la silla y solo pude apagar la tele e irme al cuarto que compartía con mis padres. Desperté a mi papá diciendo: “papi, déjame dormir aquí con ustedes”. Mi papá me dijo: “¿te asustaron, no? ¡vaya, acuéstese, no moleste, desobediente!”. Mi cama estaba al lado de la otra ventana de la casa que tampoco tenía cortina. Me acosté y me tapé completamente con la cobija. Yo sudaba y estaba muy asustada por lo que había visto. No sé a qué hora me dormí.
Al otro día le conté a mi mamá lo que me había pasado y ella me dijo que exactamente como yo describía a aquella mujer que vi en la ventana quedó la señora, cuñada de mi tía, que falleció por un cáncer.
4 respuestas a “La advertencia de papá”
Qué tipo de fantasma sería?
Molesto por el desaire?
Nos atreveríamos a pensar en un fantasma del adiós, alguien que va saliendo de este plano de existencia y busca dejar algún mensaje, pero no necesariamente molesto, simplemente vagando en busca de alguien que le pueda ver.
¿Se puede hablar de un fantasma del adiós, aunque Carolina no conocía a la señora?
Que nervios esta experiencia, gracias por compartirla