Maldición por generaciones

Por Edith

¡Hola! Primero que nada, quería decirles que me encanta el programa y a mis hijas también. La de 9 años fantasea con sus relatos y la de 1 año se toma sus buenas siestas siendo acurrucada por su voz (gracias por eso).

Tengo una curiosa historia que contar la cual no estaba segura de cómo empezar… Pero creo que voy a empezar contando que en mi familia materna los “poderes mágicos” pasan de mujer en mujer. Mi abuela manejaba el mal del ojo, que hizo sufrir a mucha gente y como era previsto a mi abuela le tocó vivir varias desgracias como pago a ello. Por ejemplo, una de esas fue la muerte de su hija más chica que falleció por sarampión cuando tenía dos años, ella fue la última de las hijas en nacer y según mi abuela por un maleficio hecho por ella sin pensar y sin poder controlarse tuvo que pagar con el precio de su hija. Mi tía que era la hija mayor era soberanamente mala, tenía muy malas vibras y era seguro que si le contabas tus planes no se te iban a cumplir. Luego mi madre que fue la hija del medio era por demás la más poderosa de las tres. ¿Por qué? Ahora se los voy a explicar.

Mi madre podía ver entidades desde niña y le costó asimilar este hecho pero conforme fue creciendo lo pudo entender un poco mejor, a parte de esto contaba con una fe grandiosa, pocas veces he conocido a otra persona con tanta fe. Otro don que tenía mi madre era la telequinesis (movía cosas con la mente) de esto se dio cuenta cuando una vez peleando con mi papá le tiró el termo de mate directo a la cabeza estando ella del otro lado de la casa. Inclusive tenía el poder de transportarse inconscientemente a otros lugares. Si peleabas con ella y te ibas dejándole con ganas de decir un par de cosas de seguro te la ibas a encontrar en algún lugar que fuera imposible encontrarla… te decía lo que tenía que decir y se iba, desaparecía.

Entre otras cosas que también podía hacer, más adelante les voy a contar cómo es que me salvó la vida. Por mi parte yo que en ese entonces era la más chica de la familia, crecí fascinada escuchando sus historias y deseando poder tener algún poder y ser una super bruja (tonteras de niños) y por mucho tiempo pensé que no iba a tener nada de esto, hasta que nos tocó ir a vivir a casa de mi bisabuela luego de la muerte de mi tía, la hermana mayor de mi madre, con toda la familia. Con mis abuelos maternos, mi padre y hermano y obviamente mi madre y yo. Para ese entonces tendría unos 12 años. En esta casa ocurrían cosas muy extrañas, de hecho, tenía fantasmas propios de la casa como por ejemplo “la señora de los tacones” que se la escuchaba caminar por un pasillo largo que conectaba la entrada de la casa con el patio y que era el pasillo central de la casa. De este mismo se dividían las otras habitaciones. Y ahí es donde se la escuchaba caminar al mediodía (yo nunca la había escuchado hasta un tiempo después).

Como decía más arriba yo pensé que no tendría poderes especiales como las otras mujeres de la familia. Pero me di cuenta de que algo pasaba cuando justo antes de morir mi tía yo presiento su muerte, claramente no le presté atención porque me parecía que era imaginación mía. Pero no era así y lo terminé por confirmar cuando una amiga me presentó a su papá y me di cuenta en ese instante de que iba a morir pronto, cuando agarro su mano para saludarlo a su alrededor vi muchas personas que lo venían a buscar. Unas semanas después el hombre fallece y yo me rompí por completo, me agarró mucha culpa porque sentí que no hice nada para ayudarlo, era una niña de 12 años que no podía ni manejar la pubertad… menos iba a poder manejar a la muerte, pero eso lo entendí mucho después. Desde ese momento en adelante empecé a sentir muchas cosas, y yo se lo atribuyo a que nos mudamos a esa casa. Siento que la misma energía me despertó y el despertar fue durísimo. Porque recuerdo que luego de eso una noche estando sola en casa en compañía sólo de mi perrita Linda, estábamos jugando en la sala mirando la tele. Era ya de noche como las 8 y faltaba mucho para que mi mamá regresara del trabajo. Pero mi perrita que estaba jugando conmigo se queda inmóvil y en posición de defensa mirando directo hacia la ventana principal que daba a la entrada que gracias a Dios tenía cortinas y estaban todas cerradas, la perrita empieza a gruñir y yo le hablaba y no me obedecía, sólo me miraba de vez en cuando y se ponía delante mío separándome de la ventana. Yo seguí sin entender y me entró mucho miedo porque ella era una buena perrita, ella no hacía esas cosas y de hecho por el simple acto de ponerse en defensa me asustó… pensé que podían ser ladrones y se me cruzaron muchas cosas por la mente y en ese momento mis pensamientos son interrumpidos por el sonido del portón delantero abriéndose (era viejo y hacía su peculiar ruido) Mi perra se puso mucho más alerta, por supuesto que yo también escuché unos tacones de mujer caminando y entrando por el portón.

Escuché clarísimo los tacones de esa mujer entrando por el portón, por un segundo pensé que era mi mamá pero ella no usaba tacones.
Seguí escuchando cómo caminaba de un lado a otro del patio delantero y de vez en cuando quedaba parada frente a la puerta principal y mi perra se ponía como loca. Mi madre me enseñó que nunca hay que abrir la puerta hasta que la persona te hable y menos si golpea 3 veces y no dice nada. Y así lo hice no me moví ni un milímetro de donde estaba, no sé cuánto tiempo pasó, pero calculo que unos 10 minutos de ese calvario tuvimos que aguantar con mi perrita, yo asustada y ella defendiéndome de lo que sea que estaba ahí afuera.
Esta cosa, esta mujer que caminaba por el patio finalmente se acerca al portón de salida lo abre sale hacia la calle, cierra el portón y se va. ¡Por fin! – dije yo. En el momento que cerró el portón, mi perra se puso a jugar como si quisiera tranquilizarme haciéndome entender que todo estaba bien. ¡Yo estaba muerta de miedo! Sólo quería que llegara mi mamá. Pasaron dos horas y por fin escucho que mi mamá llegó, pero por el miedo esperé a que ella me hable y así lo hizo.

Vio que no estaba bien, ella sabía esas cosas y le conté todo lo que pasó… me dijo que me tranquilice que ya todo estaba bien. No podía hacer más que eso. Yo lo dejé pasar pero tenía mucho miedo y muchas cosas pasaron todos los días y yo siempre estaba sola por las noches… Hasta que un día se quedó mi hermano a cuidarme porque ¡ya no daban las cosas para más!
Yo miraba la tele tranquila en mi pieza y mi hermano estaba en la sala haciendo sus cosas, cuando empiezo a escuchar una mujer llorar en el patio de al lado de casa que era un lugar abandonado, nosotros le decimos baldío. Era imposible que estuviera una mujer en ese lugar, ya sabía por dónde venía la mano y puse a todo volumen la tele y mientras más subo el volumen más fuerte lloraba esta alma en pena. En eso, mi hermano mayor viene corriendo pensando que algo me había pasado y por eso lloraba y yo le dije lo que era, entonces decidimos esperar a que termine de hacer su aparición y así lo hizo. Dejó de llorar la aparición.
Luego de este, ya con testigos, me empezaron a creer y ahora no sólo mi hermano, si no que mi abuela también se quedaba a cuidarme. El ánima lloraba casi todas las noches, era insoportable… Pero una noche se puso peor. Una noche estaba llorando otra vez el alma y yo puse a todo volumen el radio y la tele, tratando de no escuchar nada y de repente la tele y el radio dejaron de emitir ruido y al lado mío se escucha una voz de una niña que me dijo: ¿por qué lloras? ¿estás bien?
En cuanto terminó de hablar volvieron a emitir sonido normalmente la radio y TV. ¡Por supuesto que salí corriendo de ahí! Fui directo a la habitación de mi abuela a llorar del miedo. Le conté lo que pasó y rezó por mí y dormí con ella toda la noche abrazada. Hasta hoy día recuerdo su voz y me dan ganas de llorar…

De aquí, todo empeoró, pasó un año de este suplicio y cuando ya me estaba acostumbrando pasó a otro nivel. Mi perrita Linda tuvo cachorros y en la propiedad en la parte de atrás había una pequeña casa que se usaba de depósito y Linda decidió hacer su nido en ese lugar. Por la noche se escuchaba que los cachorros lloraban desoladamente y yo no aguanté y fui a ver qué pasaba…
¡Mala decisión!

En cuanto llego a unos pasos de la puerta del depósito una fuerza, como una mano gigante, me empuja y caigo al piso sentada. De por sí el susto fue fatal pero lo que vi a continuación fue horrible.
Una figura fantasmal con una túnica larga; parecido a un vestido largo de mujer, pasa corriendo delante mío. Y desaparece en la noche, yo para ese entonces tenía un poco más de coraje y quise entrar por los cachorros que estaban aullando muy fuerte y en cuanto intenté poner un pie delante la misma fuerza me tira para atrás otra vez. En ese instante decidí retirarme. Con mucho miedo fui otra vez a llorarle a mi abuelita.

Eso no quedó ahí, por la noche soñé con el fallecimiento de mi abuelita y tristemente así pasó.

Un mes después ella muere de un paro cardíaco. Pero lo que a mi mamá la puso en alerta es que estando nosotros en la sala de cuidados intensivos con ella, antes de que falleciera, yo me le quedé mirando y le digo: “mamá, es hora de que prepares todo y llames a la familia porque de hoy no pasa la abuela”. Y así fue, esa misma noche falleció. Obviamente pasó mucho tiempo antes de que mi madre tocara el tema conmigo. Pero lo que sí hizo es colgar en la entrada de la casa un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús. Y con esto mucho tiempo pasó sin sentir nada más. No habían más llantos, ni molestias, ni fantasmas.

Pero yo guiada por la incertidumbre le conté a mi mamá todo lo que pasó antes de que muriera mi abuela. Y a ella no le quedó de otra que confesarme que lo que a mí se me apareció esa noche en el depósito ella ya lo conocía. A esa mujer fantasmal ya la conocía. De hecho, mi abuela y mi tía la conocieron antes de morir.

Al parecer esta mujer era una parca que estaba cobrando los errores de la familia. Maleficio o venganzas y otras maldiciones hechas hacia nosotros hicieron de este ser, mucho más poderoso de lo que tenía que ser, según me explicó. Esta parca venía a cobrar por los errores que nuestros antepasados y hasta mi propia abuela y tía cometieron y por sí no fuera poco me utilizaba a mí, la más joven que todavía no se podía controlar como un puente para cumplir con su cometido. Lo feo de todo esto es que a mi abuela está mujer fantasmal se le apareció antes de morir, la atacó durante la noche oprimiéndole el corazón. Y a mi tía le hizo lo mismo pero la lastimó en la parte de los pulmones y falleció de una neumonía. Y a mi madre también se le apareció, pero cuando era más joven, una adolescente como yo. Esta mujer la atacó ahorcándole por el cuello y muchos años después le diagnosticaron cáncer de tiroides. Pero por obra de Dios había aguantado todos esos años. Y no había muerto inmediatamente con mis otros parientes.

Y bien dicen que sólo Dios sabe lo que hace. Cuando tenía 15 años, mi madre empeora de su enfermedad y termina falleciendo unas semanas antes de cumplir yo mis 16 años. Lo curioso es que yo premonicé su muerte. Vi como ella iba a morir, la vi caer en la calle y la vi subirse a un auto blanco y la vi en el cajón. Pasó un mes de esta premonición y sucedió lo inevitable.

Mi mamá había fallecido, para ese entonces nosotras dos nos mudamos a otro lugar, de hecho a otro país. Sólo las dos. Ya no vivíamos en esa casa maldita. Pero ahora que mi madre había muerto, yo pensé en que si esa parca las buscó a todas ellas entonces ahora me tocaba a mí. Ese demonio iba a venir a buscarme… me preguntaba en cuánto tiempo vendría y no se hizo esperar. Unas noches después. Soñé que estaba en aquella casa maldita, que salía de mi habitación y buscaba a mi madre por la casa y en cuanto me ubico en el pasillo principal que nombré al principio y veo hacia la puerta principal… veo por fin al demonio aquel. Como al principio, abrió el portón y entró con sus tacones… Era horrible, era una mujer grotesca, despeinada y la piel parecía podrida. Lo curioso es que en cuanto se acercaba a mí se convertía poco a poco en una niña igual de horrible. El miedo que sentí en ese momento no lo volví a sentir en mi vida. Corro desesperada hacia la cocina y ahí estaba mi madre.

Le gritaba a mi madre y le decía que me venía a buscar la señora. Que me iba a matar.

Y ella en ese momento se da la vuelta y me mira directo a los ojos y me dice: “hija, tranquila ella no te va a hacer nada. Esto se termina ahora”.

Mi madre me coloca detrás de ella… Y en ese momento aparece esta monstruosidad convertida en niña y se para frente a mi madre con clara intención de atacar. Pero ya no es una niña, ahora se presenta en su forma original. En su forma de mujer. Y esta dice: “me la tengo que llevar”.

A lo que mi madre responde: “¡Vos nunca más vas a tocar a mi hija, eso se termina ahora!”.

Y mi madre en posición retadora la hace retroceder y finalmente se retira. En cuanto se va este espectro mi madre me mira y me dice: “ya está hija, ya no va a volver”.

Recuerdo muy claramente que me puso una mano en el hombro en forma tranquilizadora y hasta hoy día a veces siento ese toque. Ese día fue el último que soñé con mi madre o que volví a sufrir ataques.

Después de mucho investigar y analizar la situación entendí que mi madre se sacrificó por mí y me salvó de lo que seguramente iba a ser una muerte segura… ¡Qué increíble es el amor de una madre que hasta en el más allá te salva de todo mal! También después de recurrir a sacerdotes, uno de ellos me explicó que la forma más común y aterradora en que el demonio se aparece es en forma de niños. Porque representa a la inocencia corrompida, por esto se me presentó con voz y en forma de niña. Sinceramente le digo que si bien no la vi nunca más, las peleas que tengo con el maligno son poderosas y hasta casi me gana una vez pero yo soy más fuerte y creo fervientemente que me protegen desde algún lugar.

Ojalá le llame la atención mi relato y disculpe usted mi pobre redacción. Desde ya, gracias.

Castigaré hasta la tercera y cuarta generación










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